miércoles, septiembre 26, 2007

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Exterior. Estación Retiro.

Las chicas rebozan de alegría y vitalidad, de esperanza y libertad. Una de ellas se levanta del asiento del convertible para sentir el viento en la cara. El pelo brillante se le revuela con espíritu aventurero. La que conduce, que es tan igual de hermosa y joven que tanto podrían ser amigas, amantes o hermanas, también ríe de felicidad desviando la mirada del camino porque el paisaje ha sido despejado para ellas. O son apenas dos modelos sobre-impuestas en un entorno digital. De punta a punta de la línea de andenes, allí arriba, donde se escriben las cosas importantes, el cartel de Telefónica-Movistar para que lo veamos todos nosotros, malditos pobres diablos que bajamos de los trenes.
Con la sensación en la boca de estar perdiéndonos de algo, pasamos los controles con el boleto en la mano, bajamos escaleras y pagamos exacto o por débito automático.

Interior. Subterráneo.

“NeoMax Express”. Nuevo, máximo y rápido. A la mierda! ¿No será mucho para un pequeño negocio de venta de modernos cachivaches que solo quiere dominar el mundo?
Ahí viene el tren.

martes, septiembre 25, 2007

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Interior. Sentados en los almohadones.

- Estoy enamorada –me dice.
- ¿Pero me vas a chusmear o no? –le pregunto.
- Pero si no paraste de hablar –me dice.
- Es que lo mío era más importante.
Se ríe. Juega a que se indigna. Como yo que a veces juego a ser un ególatra.
- Bueno, contame –le digo.
Y me cuenta.

Interior. Un rato más tarde.

Algunas cuestiones para pensar:
¿Cuál es la reacción del mundo con uno?
Qué feo cuando el mundo falla.
Mientras se cruza el puente ¿se puede hacer algo más que cruzar el puente?
- A veces lo que pensamos que son dos opciones, es una sola -dice Matias.
Este chico sabe de lo que habla.

Exterior. Tren.

Mundo Fantasma.
Título para los que se quedan, aunque crean que viven el futuro. Para los que destruyen por miedo a la destrucción, a desvanecerse como fantasmas, y se desvanecen. Plof!

I want to kill you!
Y lo digo para que no se cumpla. Porque no quiero. No estoy hecho para eso, mis queridos. Me hago a mi mismo cada día. Las ganas de matar se van muy pronto como para comprometerse a largo plazo. Enseguida todo se empequeñece a la distancia.

Chau, chau, adiós.
Me llevo lo que es mío y nada más. Chau, chau, adiós. No me voy a quedar para el reparto de consuelos. Ódienme nomás, que para eso es la traición y para eso me odian. Ni comprender, ni esperar, ni hablar me importa ya. No importa ya. Ahora, en este mismo momento, no importa ya.

Canción de octubre.
Un día sí, un día no
día por medio pasan años
o meses, o días
o segundos
y el tiempo parece perder
su sentido normal.

Experiencia en preguntas

Música es mi oráculo.
Los Simpson son mi oráculo
viajar en tren es mi oráculo
cosas extrañas que veo y escucho
son mi oráculo
privado.

Mis amigos hacen de oráculo
las cosas horribles de la ciudad
y el cielo nocturno
hacen de oráculo
para mí.
Vos y yo, amor
jugamos al oráculo.

Somos nosotros
y nuestras malditas preguntas.