martes, septiembre 25, 2007

1

Interior. Sentados en los almohadones.

- Estoy enamorada –me dice.
- ¿Pero me vas a chusmear o no? –le pregunto.
- Pero si no paraste de hablar –me dice.
- Es que lo mío era más importante.
Se ríe. Juega a que se indigna. Como yo que a veces juego a ser un ególatra.
- Bueno, contame –le digo.
Y me cuenta.

Interior. Un rato más tarde.

Algunas cuestiones para pensar:
¿Cuál es la reacción del mundo con uno?
Qué feo cuando el mundo falla.
Mientras se cruza el puente ¿se puede hacer algo más que cruzar el puente?
- A veces lo que pensamos que son dos opciones, es una sola -dice Matias.
Este chico sabe de lo que habla.

Exterior. Tren.

Mundo Fantasma.
Título para los que se quedan, aunque crean que viven el futuro. Para los que destruyen por miedo a la destrucción, a desvanecerse como fantasmas, y se desvanecen. Plof!

I want to kill you!
Y lo digo para que no se cumpla. Porque no quiero. No estoy hecho para eso, mis queridos. Me hago a mi mismo cada día. Las ganas de matar se van muy pronto como para comprometerse a largo plazo. Enseguida todo se empequeñece a la distancia.

Chau, chau, adiós.
Me llevo lo que es mío y nada más. Chau, chau, adiós. No me voy a quedar para el reparto de consuelos. Ódienme nomás, que para eso es la traición y para eso me odian. Ni comprender, ni esperar, ni hablar me importa ya. No importa ya. Ahora, en este mismo momento, no importa ya.

Canción de octubre.
Un día sí, un día no
día por medio pasan años
o meses, o días
o segundos
y el tiempo parece perder
su sentido normal.

No hay comentarios.: